Lo has escuchado todo antes: el colesterol es malo para ti. ¿Pero es eso realmente cierto? En esta publicación, exploraremos la verdad sobre el colesterol y lo que puede hacer para mantener sus niveles saludables. Desacreditaremos algunos mitos comunes y le daremos algunos consejos prácticos para mejorar su perfil de colesterol.
¿Qué es el colesterol?
Llamamos colesterol a un lípido esteroide que se produce naturalmente en el hígado y es indispensable en el cuerpo humano para la formación de las membranas de todas nuestras células. Mas del 40 % de nuestro cerebro contiene colesterol y es indispensable en la formación de un diverso tipo de hormonas como la testosterona, el estradiol, progesterona y en la síntesis de vitamina D entre otras funciones. De esta definición inferimos que debemos tener niveles adecuados de colesterol para que nuestro organismo funciones óptimamente.
Cómo funciona el colesterol
Como ya dijimos, el colesterol se produce en el hígado y es en este órgano donde también se inicia el proceso de eliminación. El hígado forma colesterol según necesidades y a partir de sustratos propios. Menos del 20 % del total del colesterol en el cuerpo proviene de la comida.
Una vez producido el colesterol, requiere sea transportado a cada uno de los tejidos y células del cuerpo. EL colesterol es esencial para la formación y mantenimiento de las membranas de todas las células del cuerpo. Si las células no pueden mantener su estructura, significa que no podrá sobrevivir. Por lo tanto, es indispensable para la preservación de la vida. En el cerebro, además de la construcción de las membranas de las neuronas, se encuentra en los axones de las neuronas donde protege las células y facilita la transmisión de los impulsos eléctricos entre ellas. Tambien actúa formando vitamina D importantísima para la regulación del calcio y juega un papel importante en los sistemas nervioso, muscular e inmunitario.
Entonces, ¿por qué dicen que hay un colesterol malo?
Vamos a explicarlo de una manera didáctica para aquellos que no trabajan con información científica.
Un solo colesterol.
En realidad, no hay varios colesteroles. Es una sola molécula. La confusión radica en que para que el colesterol pueda ser llevado a los tejidos, debe de alguna manera envolverse o unirse a una proteína especializada llamada lipoproteína de baja densidad que transporta el colesterol (c-LDL) y para sacar el colesterol de los tejidos y llevarlo hacia el hígado para su eliminación se usa una lipoproteína de alta densidad (c-HDL). Una forma popular de representar gráficamente estas lipoproteínas es como vagones con ruedas que contienen colesterol. Unos lo llevan, otros lo traen. Tambien, imaginémonos que algunos de los vagones c-LDL son más pequeños que los demás.
¿Cómo se realiza el taponamiento de las arterias?
Para que una arteria se obstruya se requieren varios factores que desencadenan en la formación de placas ateromatosas que al ir creciendo van disminuyendo la luz por donde la sangre circula hasta el punto de que se forman trombos que impiden continuidad del riego sanguíneo provocando que las áreas donde deja de llegar sangre resulten en muerte de los tejidos o infartos.
Es el c-LDL quien interviene en el proceso, especialmente aquellos vagones más pequeños (tipo B) pues son más susceptibles al proceso de oxidación. Para que esto ocurra, es indispensable la presencia de pequeñas lesiones del endotelio vascular (es decir la delgada capa conformada por células y filamentos de glicocálix que están en directo contacto con la sangre circulante.
¿Y cómo se lesiona el endotelio vascular? Por la inflamación resultante de malos hábitos como fumar, ingerir licor continuamente, el sedentarismo, consumir sustancias altamente inflamatorias extremadamente repletas de ácidos grasos Omega 6 como los aceites vegetales tipo de canola, de girasol, de soya, de maíz, de palma y similares y las grasas trans, (las que simulan ser mantequilla y se llaman margarinas). es decir, aceites poliinsaturados intensamente procesados con altas temperaturas y acción de productos químicos muchos derivados del petróleo (e intensamente comercializados como “saludables” por un marketing irresponsable y embaucador) y con una alta ingesta de carbohidratos de alto índice glicémico como azúcar, miel, panela, galletas, panes y bizcochos, gaseosas, bebidas deportivas, energizantes, dulces, postres, etc. que aumentan la cantidad de c-LDL pequeños tipo B circulante. Esta inflamación produce alteraciones del endotelio por lo que el c-LDL produce almacenamiento de colesterol en estas zonas que junto con el calcio y otros elementos van provocando una capa dura que se instala y si no cambiamos nuestro estilo de vida, va acumulándose y creciendo hasta provocar lentificación de la circulación y en el peor de los casos obstrucción total por trombosis.
Entonces, ¿qué hay que hacer?
En conclusión; no es que exista un c-LDL “malo” así como no hay un calcio o un sodio “malos”. Son nuestros malos hábitos, nuestra pésima forma de alimentarnos, nuestros excesos los que conllevan a la inflamación y oxidación los verdaderos villanos de esta historia. Estas son algunas recomendaciones que le servirán para evitar daños cardiovasculares a futuro:
Actividad física
Las recomendaciones generalmente indican al menos 30 minutos al día 5 veces a la semana como mínimo. Es importante hacer énfasis en la formación de masa muscular. Este es un tema que abordaremos en un próximo post.
Restringir carbohidratos de alto índice glicémico
Los dulces, azúcar, miel, panela, bebidas gaseosas, postres, productos de panadería etc., aparte de promover la inflamación, llevan el organismo a alteraciones del metabolismo de la insulina, aumento de la producción de c-LDL y triglicéridos.
Aumento de los vegetales verdes sin almidón
Los vegetales ricos en fibra como apio, acelga, espinaca, pepino, lechuga, espárragos, etc., permiten un mejor estado de la microbiota intestinal, producción de hormonas, previene la permeabilidad intestinal, mejora respuestas metabólicas y prevenir desordenes hormonales entre otros. Ayuda en la capacidad de regular la producción de lipoproteínas en equilibrio.
Restricción del consumo de aceites vegetales procesados
Como lo dijimos al principio, el uso de aceites vegetales procesados y ultra procesados promueven daño del endotelio por disbalance por aumento del consumo de ácidos grasos omega 6 en altas cantidades, promoviendo el daño endotelial en las arterias de nuestro cuerpo.
Aumento del consumo de grasas saludables
Por el contrario, las grasas saludables promueven un aumento de ácidos grasos omega 3 antiinflamatorios, equilibrando la balanza. La relación omega 3 / omega 6 debe ser óptimamente 1/1 pero actualmente estamos 1/25. Grasas saludables como aceites monoinsaturados como aceite de coco, de aguacate, de oliva y grasas saturadas como mantequilla, grasas animales. Todo dentro de un ambiente de equilibrio sin abusar de estas grasas. Tambien encontramos grasas saludables en las nueces, almendras, aguacate.
En resumen…
Si bien el c-LDL está involucrado en la formacion de las placas de ateroma en las arterias, es nuestro estilo de vida el que determina el riesgo aterogénico. Es posible reducir el riesgo llevando una vida sana, equilibrada. No es necesario tomar posiciones radicales con respecto a la alimentación. Que de vez en cuando en una fiesta me tome una bebida gaseosa con un poco de pastel, se puede hacer. Que un brindis en una celebración no hay problema. Que un día cené en un restaurante donde usan aceite vegetal procesado, se puede. Lo que no se puede es darse el lujo de hacerlo todos los días.